El manejo del final del cultivo de verano y la preparación del suelo para el otoño

Muchos de vosotros y vosotras ya habréis vuelto de vuestras vacaciones, otros nos estaréis leyendo desde la playa y los más afortunados estaréis a punto de disfrutarlas. Mientras tanto, nosotros, como “guardianes” del huerto, en lugar de estar pensando en la arena o el frescor de la montaña, estamos inmersos en el final de la huerta de verano. También, aunque queda trecho, la planificación del huerto de otoño es clave para la sucesión de acontecimientos que están por venir.

El fin de la huerta de verano

En primer lugar, la huerta de verano llega a su fin relativo, dependiendo de la climatología y de cuanto tiempo lleven nuestras plantas en el huerto, la toma de decisiones se hace vital para encaminarnos con los deberes hechos hacia el otoño.

Si el huerto en julio no ha tenido una parada vegetativa debido a un calor excesivo, es más que probable que nos encontremos con un resurgir de la producción de tomates, calabacines y pepinos. Aunque es verdad que estos últimos están llegando al fin de su ciclo, podremos observar como la mayoría tienen un aspecto deficiente y producen muchísimos menos frutos que en meses anteriores. También, los tomates tendrán síntomas de vejez, aunque pueden seguir produciendo según variedades y características del suelo y el clima.

 

 

Los pimientos y berenjenas son el caso contrario. Entre agosto y septiembre estos cultivos tendrán su apogeo y podremos consumirlos continuamente mientras pensamos si debemos retirar los otros cultivos antes mencionados porque, aunque siga haciendo bastante calor, el final de agosto es un momento clave para empezar a colocar las primeras plantas de otoño-invierno.

Cuidar el suelo para obtener buenos resultados

Como siempre decimos, el suelo es clave para el éxito de tu huerto. Debido al desgaste que sufrimos durante la primavera-verano por el gran consumo de nutrientes que requieren estos cultivos, lo primero es abonar el suelo.

Debemos retirar nuestros cultivos sobrantes, trocearlos e incorporarlos a las composteras para cerrar el ciclo de compostaje. Posteriormente, se abrimos el suelo de la manera tradicional con herramientas adecuadas para ello y quitaremos todas las adventicias que encontremos para dejar nuestro huerto lo más limpio posible, teniendo en cuenta que es posible que no vayamos a tocar el huerto hasta abril o mayo.

La forma de abonar difiere mucho entre las regiones y materiales que pueda conseguir cada uno. Desde Huertos Montemadrid, en estos cinco años de proyecto, hemos variado de materiales múltiples veces, desde humus de lombriz o compost propio, hasta excrementos de animales madurados o estructurantes del suelo, todo para intentar conseguir un suelo rico que nos permita cultivar con garantía y facilidad.

 

 

Una vez que hemos conseguido la mezcla que buscamos en nuestro suelo y hemos trabajado la línea de bancal donde van a ir nuestras plantas, sería el momento de colocar nuestro riego automático otra vez, probarlo y plantar y sembrar según las indicaciones de nuestro plan de trabajo: rotaciones, asociaciones y sucesiones. También, debemos regar siempre después de plantar e incluso proteger si todavía tenemos temperaturas muy altas o problemas con los pájaros u otras especies animales.

El cultivo de otoño

Muchas plantas de la familia de las crucíferas (brócoli, repollo o lombarda), leguminosas (habas, guisantes o tirabeques) y otras familias se pueden ir incorporando a los restos de la huerta de verano para intentar conseguir que sean lo más grandes posibles antes de que termine el año.

Cuanto más nos acerquemos a septiembre-octubre, más tarde tendremos las siguientes cosechas de alimento, que pueden demorarse desde febrero hasta abril –hablando siempre de plantas de largo desarrollo– mientras que otras plantas como las lechugas, las espinacas o las acelgas, podemos esperar a que haga un poco más de fresquito para plantarlas o sembrarlas.

 

 

Recordad siempre respetar los marcos de plantación de cada especie, investigad un poco cómo se comporta cada planta en vuestra zona geográfica, recuperad las semillas de las plantas del verano parar el siguiente, reutilizad los materiales que nos da la zona donde vivimos o tenemos la huerta y siempre pensad cuando coloquéis la siembra, cómo van a ser esas plantas adultas para cuidar bien su desarrollo.

Esperamos que estos consejos os sirvan de ayuda para que podáis tomar la decisión que más encaje con vuestro huerto.

¡Buena cosecha!

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