Cultivo de otoño: cómo aprender la sincronía del paso de una huerta a otra.

Estamos en agosto: el mes del cambio.

Después del verano, el desgaste del suelo es considerable en materia de nutrientes, así que la rotación de cultivo es un factor muy importante para mantener un estado óptimo de nuestro huerto. En este momento, lo mejor es añadir plantas de la familia de las leguminosas como habas, guisantes o veza (nos servirá cualquier planta de esta índole), que nos van a ofrecer un aporte extra de nitrógeno al suelo, fundamental en el primer desarrollo de las plantas de otoño y en la química del huerto.

Tan importante es realizar estos cambios como lo es cultivar en la estación adecuada. Agosto es la época ideal para trasplantar todas esas plantas que hemos sembrado en los semilleros y que conservamos dentro del invernadero. Para que sobrevivan en su nueva ubicación, es clave que estas plantas estén lo suficientemente desarrolladas, con un buen humus y también que tengamos preparadas tierras de siembra, para que en el sitio definitivo de la huerta se asienten con firmeza. Las plantas tienen que tener un buen sistema radicular (el conjunto de raíces de una planta), así que se tendremos que elegir las más fuertes que tengamos para tener más posibilidades de éxito. De lo contrario, tocará esperar a que crezcan para asegurarnos la sucesión del cultivo.

Por ejemplo, para los cultivos en Madrid, podremos trasplantar las variedades de crucíferas como brócoli, berza, coliflor y también plantas de hoja como lechugas, escarolas o espinacas.

En este momento crucial en nuestra huerta hay que preservar todavía los pimientos o las berenjenas, que nos tienen que ofrecer sus frutos hasta septiembre. En este mes de agosto, los tomates ya están en su fase final, así que podemos ir retirando las matas según vayan deteriorándose por unas nuevas para el otoño.

Si somos disciplinados con los tiempos en la huerta, empezaremos a saborear los frutos de todos esos cultivos de otoño antes de que acabe el año; de no ser así, las plantas esperarán a que pase la parte más cruda del invierno para terminar su ciclo, lo que ocurrirá a principios de la primavera.

Por supuesto, a la hora de trasplantar, tendremos que hacerlo con destreza, para evitar el estrés de nuestras plantas, y no debemos olvidarnos de añadir una carga de agua antes y después del trasplante, además de un aporte de humus en el lugar definitivo. Al sufrir elevadas temperaturas en esta época del año, cuando hagamos el trasplante, deberíamos aportarle algún material tipo paja o acolchado vegetal para preservar la humedad y mantener la biología del suelo; ambas cosas son importantes en la primera fase del crecimiento.

Recordad siempre las distancias de plantación entre plantas (50-60 cm entre coles o 15-20 cm entre lechugas) y la combinación entre plantas de raíz corta y larga o la combinación de plantas de alto consumo de nutrientes con las de menos. Todos estos factores influirán en el desarrollo del cultivo y tendremos un mayor éxito si la planificación es concienzuda y metódica.

En Huertos Montemadrid asesoramos y resolvemos las dudas de todos los hortelanos sobre estas cuestiones. Siempre ponemos toda la «verdura en el asador» para solucionar cualquier situación que se pueda producir.

Con estos consejos vuestra huerta quedará preparada para el otoño. Que paséis buen verano y que la próxima plantación sea muy provechosa.

Un saludo a todos.

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