Si en el anterior post hablábamos sobre la importancia de alimentar de manera correcta a nuestro huerto gracias a los sustratos, este mes profundizaremos en cómo podemos protegerlo de forma natural. En este objetivo, contamos con las hortalizas y su gran característica de prevenir e incluso combatir las plagas del huerto.
Te estarás preguntando, ¿cómo? Al ser seres vivos que necesitan protegerse, crean sus propias estrategias para su supervivencia y reproducción, por lo que la mayoría de las veces conseguimos efectos positivos gracias a sus efectos químicos en otras plantas y en el suelo. En un huerto debemos tener en cuenta que una buena asociación de plantas nos aportará beneficios en la producción del mismo, así como protección entre ellas. También nos va a permitir contar con una mayor diversidad, tanto de flora como de fauna.
Dicho esto, podemos utilizar las plantas como auténticos repelentes para ciertas plagas del huerto sin necesidad de utilizar plaguicidas, insecticidas u otros agentes químicos sintetizados. Por ejemplo, en plagas tan normales como los pulgones podemos utilizar ajo o cebolla, entre otras, para ayudar a repeler a las hormigas que «pastorean» a esos visitantes no deseados.
Otro truco es que, si tenemos muchas moscas, podemos utilizar plantas auxiliares de la huerta como la artemisa, la albahaca, el romero o la ruda poleo. ¿Aún quieres más? ¿Sabías que el rábano se puede utilizar para repeler plagas de la patata o del pepino? Y también, nuestro mayor «doctor» del huerto, el ajo, nos va a ayudar a combatir plagas de arañas, babosas, grillos o caracoles.
Otras asociaciones muy valiosas del huerto, además de repeler, nos van a ayudar a proteger. Con esto nos referimos a las plantas que están en todas las huertas, como la cebolla, que al lado de las zanahorias las protegerán de la mosca blanca. Por ejemplo, la borraja, que en ciertas provincias se está perdiendo su cultivo, es un buen protector en el marco de la plantación de los tomates ante una posible plaga de gusanos. Hace un par de meses, que fue la época de plantación de coles, era interesante utilizar plantas como el romero, el orégano, la salvia o la santolina para repeler la puesta de huevos de la mariposa de la col y, por lo tanto, proteger nuestras coles más jóvenes.
También es muy importante utilizar plantas que debido a su poder benéfico pueden llegar a estimular el incremento de la fauna auxiliar que a su vez permitirá un control biológico sobre otras plagas, como el tomillo, que debería ser indispensable tener en el huerto.
Pero no pensemos que todas las plantas son beneficiosas para nuestro huerto. Hay algunas que pueden ser perjudiciales y debemos mantenerlas controladas, como es el caso del ajenjo o del diente de león. El ajenjo tiene peligrosos químicos inhibidores al igual que el diente de león, pero uno puede mantener a las babosas a raya y que no entren en el huerto, y el otro exhala gas etileno por sus raíces, por lo que es mal compañera. Pero, a su vez, permite a la tierra absorber el ácido silicio que expulsa al morir e incorporar a la alimentación de las plantas este valioso químico natural.
Como veis, el desarrollo de múltiples combinaciones de hortalizas y plantas auxiliares nos va a permitir trabajar con mayor seguridad la huerta sin necesidad de utilizar químicos peligrosos y nos va a aportar grandes satisfacciones a nivel visual, organoléptico y de producción de alimentos.
En nuestro proyecto común, Huertos Montemadrid, apostamos por estos procesos para demostrar que una huerta sostenible es posible y que el ocio verde se queda para remodelar la ciudad.
Así que ya sabéis… ¡a plantar!
