Un «Bosquecillo» crece en Huertos Montemadrid

©MIGUEL BERROCAL

En Huertos Montemadrid hemos arrancado un proyecto piloto para crear un hábitat saludable, mejorar la calidad del suelo y aumentar la biodiversidad dentro de la ciudad.

El proyecto que hemos desarrollado junto a Fundación Montemadrid se inspira en el método de plantación creado por el botánico japonés Akira Miyawaki, que permite diseñar un bosque nativo urbano y verlo crecer en poco tiempo; de 10 o 20 años, frente a los 100 o 200 años que tarda en crecer un bosque tradicional. Este crecimiento rápido se consigue mediante la plantación de árboles, arbustos y plantas nativas en un espacio compacto y con alta densidad, lo que permite crear un ecosistema autónomo y sostenible.

Cuando se plantan árboles juntos de esta manera, se crea un microclima que favorece su crecimiento y desarrollo. La gran densidad de las plantas en un bosque urbano de este tipo significa que las raíces de los árboles tienen que competir por el agua y los nutrientes en el suelo, lo que las hace crecer más rápidamente y desarrollar sistemas de raíces más fuertes.

Aunque el modelo originalmente se empleaba en zonas dañadas por los incendios o asoladas por las sequías, se ha extrapolado con éxito a zonas urbanas donde funciona muy bien para mejorar aspectos clave: la generación de una gran variedad de vida silvestre, la mejora de la calidad del aire, la reducción de la temperatura y el aumento de la retención de agua en el suelo. De esta forma, ponemos en marcha un proceso de Soluciones Basadas en la Naturaleza.

Hemos delimitado el espacio de nuestro bosquecillo a una parcela rectangular de 250 metros cuadrados. Para la selección de especies, contamos con el asesoramiento de la Universidad Politécnica de Madrid, y plantamos solo especies autóctonas. En total, 600 pies de encina, coscoja, pino resinero, madroño, majuelo, tomillo o rosa silvestre, entre otras para potenciar la vegetación original de la ciudad de Madrid.

Para comenzar, trabajamos previamente la salud del terreno para que nuestras especies crecieran fuertes y sanas. La primera actuación fue la eliminación de grama, una especie invasora de hierba nativa de África. Más tarde, incorporamos el compost (de la planta de compostaje Migas Calientes) para crear una capa de materia orgánica y nutrientes que propiciase un ambiente ideal para el crecimiento de nuestras plantas, y continuamos con la zonificación para saber en qué cuadrante plantaríamos cada especie.

Terminado el proceso de preparación del terreno, los alumnos y alumnas de todos los niveles del Ponce de León nos han ayudado a plantar las nuevas especies, en una actividad que sirvió para sensibilizar y educar a los más jóvenes sobre la importancia de la naturaleza y la conservación del medioambiente. Además, cada aula realizará el seguimiento de todo el proceso de crecimiento de los pies plantados durante toda su estancia como alumnos del Ponce de León.

Os invitamos a disfrutar de este nuevo espacio natural.

 

 

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