Formas de proteger tu huerto en invierno

El invierno ya está llamando a nuestra puerta. Cuando uno empieza con su huerto, esta es sin duda la estación del año a la que más teme debido a que el tiempo es más inestable y llegan las heladas. No hay que preocuparse, basta seguir estos consejos que te damos a continuación para que tus cultivos no sufran y los rigores del invierno no supongan un parón en tu producción ecológica.

Aunque tradicionalmente se piensa que los meses de diciembre, enero y febrero son menos productivos -y que por ello hay que hacer menos labores- no es cierto. Si preparamos nuestra parcela adecuadamente, podremos continuar con nuestros cultivos, aunque más lentamente.

Lo más importante es que estos meses nuestros cultivos más sensibles estés protegidos de posibles heladas severas. Para ello, puedes hacerte con alguna manta térmica, fabricar pequeños invernaderos con plásticos y palos o bien utilizar viejas garrafas de plástico para tapar las plantas más pequeñas.

Es habitual, que tras un otoño lluvioso, aparezcan hongos en nuestros cultivos. Puedes eliminarlos con cola de caballo y ortiga. Además, no estaría de más remover un poco la tierra para airear y que no se concentre demasiado la humedad. Si lo deseas,y crees que es necesario, es un buen momento para abonados de fondo con compost y un estiércol bien descompuesto. Eso sí, hazlo cuando no tengas cultivos a pleno rendimiento para no interferir en su crecimiento.

Además de la tareas del huerto, es una buena época para hacer balance del año. Piensa qué ha ido bien, qué errores has cometido, qué puedes mejorar, qué técnicas de cultivo has desarrollado y que harás para mejorarlas. Antes de que te des cuenta será primavera y hay que estar preparado.

Si sigues estos consejos, durante el invierno podrás continuar obteniendo rúculas, lechugas, escarolas, rabanitos, lombardas, coles de Bruselas, guisantes y repollo. ¡También podrás tener tus propias habas, tan tradicionales en los roscones de Reyes!

Si dispones de un espacio grande, puedes plantar leguminosas como las berzas y yeros, con alguna gramínea que se adapte a nuestro clima. Así crearás un manto de abono verde que deberás segar en cuanto empiece a florecer, a mediados o finales de invierno. Esto permitirá que la tierra se recupere y empezarás la primavera con una tierra perfecta llena de nutrientes.

¡Feliz Navidad a todos y feliz invierno!

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.