Cómo trasplantar nuestras plantas en cinco pasos

Este mes arrancamos la primavera con ganas de ver ya sembradas nuestras plantas de verano. Nuestros tomates, pepinos, calabacines y pimientos están listos para el trasplante. Pero antes de llevar a cabo esta labor, tendremos que tener en cuenta varios factores. Solo así podremos obtener nuestros frutos en verano y disfrutar de las verduras frescas que nos ofrece nuestra huerta.

Lo primero que tenemos que saber es si nuestras plantas tienen un desarrollo óptimo suficiente para ser trasplantadas. Para ello tenemos que observar que tengan ya, como mínimo, el segundo par de hojas que determinan si la planta está creciendo adecuadamente. Solo si está suficientemente desarrollada podrá hacer la fotosíntesis cuando la traslademos al huerto.

Otro tema a tener en cuenta es si podemos realizar el traslado debido al clima y la temperatura. Aquí en Madrid, por tradición, se suele plantar en San Isidro, pero si queremos que nuestras plantas estén trasplantadas cuanto antes, podemos adelantar el trance de dos formas distintas:

La primera es hacerlo vigilando la temperatura nocturna: si oscila entre 1 y 10 grados, el frío no nos permitirá un buen desarrollo, las plantas pueden tener problemas de crecimiento e incluso llegar a morir.

La segunda es, directamente, plantar mediante túneles de plástico o mantas térmicas especializadas. Con este tipo de técnicas la temperatura se mantiene constante de noche, y se pueden retirar durante el día si la temperatura pasa de los 18 o 20 grados. Hay que recordar, eso sí, que son plantas que necesitan mucho calor para un buen crecimiento.

Una vez nos hayamos decidido a llevar a cabo el trasplante, cabe determinar los pasos a seguir teniendo en cuenta ciertos detalles que no por pequeños son menos importantes:

  1. Antes que nada, deberíamos sustraer las plantas que hayamos dejado destinadas a la producción de semillas, para su posterior recolección y almacenamiento.
  2. Cuando tengamos ya el espacio adecuado, procederemos a remover nuestro terreno y abonarlo. ¿Cómo? Pues podemos utilizar, por ejemplo, fermento de ortiga que nos aumentará la cantidad de bacterias de nuestro suelo haciendo posible una mejor obtención de nutrientes. Además podemos echar humus de lombriz y fibra de coco para una mejor adaptación de las raíces y una cantidad extra de nutrientes.
  3. También podemos hidratar el suelo antes de plantar, de manera que elshock del trasplante sea menor para nuestros vegetales. Debemos evitar, eso sí, realizarlo durante las horas de más calor. Lo ideal es intentarlo por la mañana o a última hora de la tarde.
  4. Cuando lo tengamos todo listo, empezaremos a sacar las plantas de los alveolos y macetas -con cuidado de no dañar las raíces- y haremos un agujero en relación al cepellón que tengamos. Una vez situadas en la tierra, las apretaremos un poco y, si no lo hemos hecho, procederemos a regarlas.
  5. Recuerda la importancia de la distancia y la distribución. De la primera depende su desarrollo, pues en unos meses serán grandes y si no calculamos bien podremos tener problemas de espacio. Y la segunda marcará el correcto funcionamiento de nuestro huerto, pues tendremos que contar con las rotaciones y asociaciones, un factor muy importante para las plantaciones nuevas.

Aquí, en Huertos Montemadrid ya hemos empezado y estamos valorando la posibilidad de adelantarnos lo máximo posible. Os deseamos suerte realizando esta tarea. ¡Ánimo, que la tierra siempre hace su trabajo!

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